Historia de los Ángeles Oscuros (III)

La Gran Traición 


Lion El'Jonson
Los Ángeles Oscuros volvieron a Caliban después de la guerra, pero fueron disparados por las defensas planetarias. Se vieron forzados a asaltar su propio mundo natal, donde se dieron cuenta de que sus propios hermanos los habían traicionado. A estos traidores se les llamó Ángeles Caídos. 

En un duelo semejante al que tuvieron Horus y el Emperador, Luther y Lion El’Jonson pelearon, de manera que Luther hirió mortalmente a su antiguo amigo. Luther se volvió loco cuando se dio cuenta de que había matado a su mejor amigo y fue capturado. En un ataque de ira al verse derrotados otra vez, los Dioses del Caos abrieron una brecha en la Disformidad que dispersó a los Ángeles Caídos por toda la galaxia. 

Cypher, ladrón de
la Hoja del León
Uno de estos Caídos era Cypher, el cual parece que robó la Hoja del León, la espada de El’Jonson, cuando escapó. 

La flota de combate bombardeó Caliban sin piedad, lo que causó la destrucción de la estructura del planeta. El bombardeo, combinado con la brecha en la Disformidad, reventó el planeta, que es ahora un campo de asteroides. Lo único que sobrevivió de las posesiones de los Ángeles Oscuros fueron las ruinas de la fortaleza monasterio de la Orden. Los Ángeles Oscuros excavaron profundamente en el lecho de roca y reconstruyeron las ruinas de la fortaleza. Así crearon su nuevo hogar, al que llamaron La Roca. 



La Roca
Esta traición ha manchado el honor del Capítulo ante sus propios ojos. Como fue un acontecimiento interno de la Legión, y al estar en un mundo apartado, nadie externo a ella sabe realmente lo que ocurrió. Incluso dentro del propio Capítulo, sólo los veteranos tienen acceso a esa información (actualmente, sólo el Ala de la Muerte y los oficiales más veteranos saben este secreto).


Los líderes del Capítulo hacen ímprobos esfuerzos para que el secreto no llegue a oídos del Imperio, llegando a veces a desobedecer órdenes directas de los Inquisidores, haciendo incluso “desaparecer” a los más curiosos. 

Sólo los pertenecientes al llamado Círculo Interno saben el mayor de los secretos, que es que Luther, el gran traidor, sigue vivo y loco, viviendo en una celda en lo más profundo de La Roca. Se supone que el cuerpo de Lion El’Jonson nunca se encontró; Luther grita, en sus casi inaudibles balbuceos, que el León está cerca y que volverá para perdonarlo. El León duerme en realidad en la más secreta cámara de La Roca, conocida su presencia sólo por los Vigilantes de la Oscuridad y por el propio Emperador, hasta el momento en que despertará y llevará a su Capítulo a una nueva cruzada aún mayor.


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